Monitor o Pantalla

Aunque la tarjeta controladora de vídeo es un elemento esencial para la comunicación con el ordenador, el monitor debe poder soportar la tarjeta que se desea utilizar. ya que en caso contrario éste puede quedar averiado o no verse imagen alguna, por sobrepasar los parámetros de funcionamiento del mismo.

Hay que señalar que se debe de estar muy seguro de lo que se hace al cambiar de configuración o al alterar los parámetros de funcionamiento de una determinada tarjeta gráfica, pues en caso de error puede producirse un daño irreparable al monitor.
Lo primero que hay que saber es el tipo de monitor que necesita la tarjeta que se está utilizando y los modos de la tarjeta gráfica que son compatibles con el mismo.
A continuación se intentará explicar las diferencias existentes entre los diferentes tipos de monitor según el tipo de señal que reciba desde la tarjeta gráfica situada en el ordenador.
Los tipos básicos son tres: los de vídeo compuesto, los TTL (digitales) y los RGB (analógicos).
Los monitores de tipo vídeo compuesto elaboran la imagen partiendo de una señal analógica que recibe de la tarjeta controladora de vídeo.
Esta señal es muy similar (por no decir equivalente) a la que emite una cámara de vídeo; de ello podemos deducir que es posible conectar este monitor a un aparato de vídeo. Este tipo de monitor está disponible tanto en blanco y negro como en color, pero, aunque su precio es reducido, su calidad de imagen y resolución dejan mucho que desear.
Por esta razón normalmente se utilizan con ordenadores domésticos que no son del ámbito de los PC y compatibles.
Los monitores TTL son digitales y utilizan una señal compuesta por pulsos que activa o desactiva los pixels que componen la pantalla.
Estos pixels son los que a su vez compondrán la imagen en el monitor.
Este tipo de monitores permiten una mayor calidad de imagen que los de vídeo compuesto, pero tienen la limitación de que para obtener una imagen con una resolución aceptable no se pueden utilizar muchos colores de forma simultánea, ya que si se desea conseguir este efecto, sería necesario aumentar el ancho de banda y las frecuencias de barrido, lo que conlleva inevitablemente un aumento considerable de precio, como ocurre con los monitores EGA.
El último tipo de monitor que queda es el tipo RGB cuyo nombre viene del tipo de señales que posee y utiliza -Red-Green-Blue (Rojo, verde y azul).
Se trata de un monitor analógico, pero más evolucionado que el de vídeo compuesto. Este tipo de monitor combina las señales de los tres colores fundamentales que percibe el ojo humano: el rojo, el verde y el azul; la señal analógica que recibe proviene de la suma de tres ondas combinadas de diferentes frecuencias, una para cada color.
Este monitor es el empleado por las tarjetas VGA, que como ya se ha dicho, permiten una resolución elevada y un gran número de colores simultáneos en la pantalla.

MAYORES RESOLUCIONES

Con la aparición de los ordenadores IBM System/2, apareció una nueva mentalidad en lo referente a las tarjetas adaptadoras de vídeo y monitores.
Con respecto a estos últimos, hoy en día hay monitores como los MultiSync que son capaces de emplear indistintamente señales digitales y analógicas, además de poder sincronizarse de forma automática con la frecuencia de señal que utiliza la tarjeta a la que va conectado en cada caso.
Otra atractiva característica de este tipo de monitores es la de que pueden soportar resoluciones de hasta 800 x 560 pixels y superiores.
A partir de este monitor aparecieron otros de similares e incluso más avanzadas características, pero todos ellos basados en los mismos principios de funcionamiento que los MultiSync.
Otra ventaja importante es su compatibilidad, referida no solo al resto de estándares del mercado, sino también desde el punto de vista de la utilización indistinta de señales TTL y analógicas.
Todo esto acompañado del hecho de que el cambiar de tarjeta no supone cambiar de monitor, nos hace pensar que, aunque a priori su precio pueda parecer elevado, si se realiza un estudio detallado de su coste en relación a sus prestaciones, es más que probable que lleguemos a la conclusión de que a la larga, la compra de este tipo de monitor supone un ahorro considerable de dinero, sobre todo teniendo en cuenta que la evolución del software y del hardware apunta en esta dirección.