RECURSOS DEL SISTEMA

En el momento de arranque, el microprocesador no tiene ninguna inteligencia, ya que ésta viene dada por el programa que ejecuta.
Para conseguir iniciar la secuencia, los microprocesadores disponen de un sistema activado por la señal de reinicialización, también denominada RESET.

Cuando esta señal se activa en el micro, el bus de direcciones coloca una dirección predeterminada, y comienza a ejecutar las instrucciones contenidas en ella.
En esta dirección se sitúa el BIOS (Basic Input Output System) del equipo, que no es ni más ni menos que una memoria ROM (memoria de sólo lectura -Read Only Memory-) que tiene almacenado de forma permanente el conjunto de instrucciones necesarias para identificar e inicializar los periféricos básicos del sistema (paralelo, serie, etc.), incluyendo de memoria, y los controladores (vídeo, disco, teclado, coprocesador matemático).
El proceso inicial realiza una comprobación exhaustiva de determinadas zonas, en particular la memoria, para asegurarse de que puede emplearlas tranquilamente a partir de este momento, y coloca los valores por defecto que serán empleados por el sistema: interrupciones, parámetros de pantalla, buffer del teclado.
Cada fabricante de BIOS incluye distintas rutinas, así como formas diferentes de comprobar el equipamiento.
Inicialmente sólo algunos desarrolladores de ROM BIOS incluían las rutinas para indicar los parámetros permanentes, almacenados en la RAM CMOS del sistema.
La definición básica del equipamiento del sistema se realizaba mediante un programa especial, pero esto requería que el sistema estuviera totalmente en marcha para poder acceder al programa de cambio.
Para paliar esto, progresivamente todos los fabricantes incluyeron las rutinas para ver y modificar los parámetros permanentes del ordenador dentro del propio BIOS.
A esta capacidad se la denomina BIOS SETUP, y representa un notable avance ya que no se necesita acceder al disco para realizar la función comentada.
La gran ventaja del DOS es que se encuentra en soporte magnético sobre el disco, con lo que puede ser fácilmente reemplazado por el usuario, actualizando sus versiones, y utilizando mejoras posteriores a la fabricación del ordenador.
Por el contrario el BIOS está grabado en ROM, lo cual requiere un complejo proceso para almacenar en ella la información, y que normalmente no admite cambios una vez grabada.
Por ello, los cambios de BIOS necesitan de la apertura del ordenador, retirar el integrado conveniente, y colocar otro nuevo sobre el zócalo previsto.
Todas estas son operaciones relativamente complejas y delicadas, por lo que están fuera del alcance de un usuario normal de ordenador.
Algunos ordenadores con BIOS anteriores a determinada fecha no incorporan algunas de las mejoras y avances en sus capacidades, razón por la cual éstas deben ser manejadas por algunas de las funciones que han sido introducidas en los nuevos sistemas operativos, o tarjetas de ampliación.
Así pues no resulta difícil encontrar en algunas tarjetas de vídeo o discos de alta capacidad, alguna nota relativa a que el BIOS debe ser cambiado, ya que su fecha de fabricación hace que no tenga alguna de las rutinas necesarias para el adecuado funcionamiento de estos periféricos.
El manejo de algunos periféricos puede necesitar un programa especial que no está contenido en el BIOS del sistema.
Para lograr esto, las tarjetas que se enganchan en el bus de ampliación pueden llevar su propio programa grabado en ROM.
El diseño del ordenador contempla esta posibilidad, basándose en la existencia de una "firma" peculiar que identifica la presencia de un BIOS.
Esta firma consiste en la existencia al principio de la memoria ROM de una secuencia fija de valores, así como un valor de suma de comprobación.
Una vez comprobado que existe una ROM BIOS válida, se comienza a ejecutar el software allí contenido, lanzando el programa a una dirección determinada del BIOS.
Con ello, el programa no sólo realiza la inicialización necesaria, sino que realiza los pasos necesarios para colocar los valores y/o programa necesarios en la memoria de forma que este manejo pueda intercalarse adecuadamente a través de la interrupción software correspondiente, o de cualquier otro mecanismo.
Las controladoras de vídeo VGA, tarjetas de red local, LAN, y los controladores de discos de alta capacidad (o formato diferente al contemplado en el BIOS de sistema) emplean esta capacidad para superponerse al sistema básico de gestión.
Resumiendo, podemos decir que el BIOS es el detonante que inicializa el sistema para poder cargar tanto el DOS como el resto de las aplicaciones.