Tabletas Digitalizadoras

En las aplicaciones profesionales tanto la precisión del ratón como su sistema de manejo resultan insuficientes. Ya no se trata de mover y señalar pequeños gráficos en la pantalla, sino de dibujar planos de edificios, piezas mecánicas, circuitos electrónicos, patrones textiles o carteles publicitarios. Allí donde la precisión y comodidad de manejo resulta fundamental hacen su aparición las tabletas digitalizadoras.

El empleo de una tableta digitalizadora corresponde exactamente con la acción de dibujar, ya que la información (en este caso información gráfica, como puntos, rectas, curvas, formas o colores) pasa al ordenador por medio de un lápiz que se apoya sobre un tablero para el trazado de las formas. Por supuesto, no se trata de un simple lápiz ni de un simple tablero, ya que ambos contienen ingeniosos sistemas electrónicos que consiguen que los movimientos realizados se reflejen fielmente en la pantalla.
En la mayoría, además del lápiz se dispone de un cursor o "puck" que proporciona mayor precisión. El término empleado en general para referirse a lápices y cursores es el de "transductores". Mediante las tabletas digitalizadoras pueden copiarse también dibujos en papel colocándolos sobre el tablero, ya que para la detección de la posición del transductor se emplea una campo magnético que hace que ni siquiera sea necesario apoyar éste sobre el tablero.
Esta misma operación no sería posible mediante el ratón, pues su forma impide seguir líneas o puntos adecuadamente.
La tableta digitalizadora es un dispositivo de posicionamiento absoluto en comparación con el ratón, que es de posicionamiento relativo. Esto quiere decir que en el caso del digitalizador, la posición del cursor en pantalla coincide con la posición correspondiente del lápiz sobre el tablero, mientras que en el caso del ratón depende sólo del movimiento de éste, no de su posición real. De otro modo, al levantar el transductor del tablero y apoyarlo en otro lugar de éste el cursor aparecerá en pantalla en la nueva posición. Si se repite esta operación con el ratón, el cursor no se moverá.
Las tabletas digitalizadoras ofrecen la ventaja adicional de poder crear menús sobre el propio tablero, reservando un área para el dibujo y situando alrededor recuadros con comandos en una plantilla. De este modo pueden ejecutarse distintos comandos de los programas sin recurrir al teclado, señalando con el lápiz sobre la opción deseada. Pero lo más importante es que estos menús pueden ser modificados para adaptarse las necesidades particulares de cada programa o usuario. Si se desea cambiar, basta con redefinir los comandos del programa y la nueva plantilla para el tablero. Dejando de lado esta posibilidad, las tabletas digitalizadoras pueden emplearse en los mismos programas y entornos gráficos que el ratón, sustituyendo a éste con ventaja.
Los modelos más comunes de tabletas son de tamaño A4 o A3. Otras, como las empleadas en patronaje textil pueden llegar a tener 1 por 1,5 metros. El precio de estas últimas es muy elevado, pero el de los tableros personales ha descendido en los últimos años hasta hacerlo asequible a usuarios no profesionales. En cualquier caso debe tenerse en cuenta si el empleo que se va a dar rentabiliza la inversión.